"Quiero ser donante"



Quiero ser donante


Sólo necesité escucharlo una vez para convencerme. Seré donante, y mi familia lo va a saber hoy, esta misma tarde. La decisión estaba tomada desde que escuché al doctor José Pérez Bernal, uno de esos hombres que Dios nos pone en el camino para sacudirnos, zarandearnos, quitarnos de un plumazo las tonterías.

Tienen en el rostro esa sonrisa de quienes saben que están viviendo gracias a la generosidad del prójimo. Son personas trasplantadas, gentes que siguen entre nosotros porque algunas familias de personas que fallecieron decidieron donar sus órganos.

Los trasplantados no viven de prestado, siguen aquí por una cuestión de generosidad sublime, de amor a la vida, de respeto a los demás. Siguen aquí porque hay gente muy buena en el mundo, seres capaces de –en un trance de dolor infinito– despojarse de prejuicios y pensar en el antes que en el yo. Tiene tanto mérito donar órganos que esas familias deberían estar más reconocidas. Son salvadores de vidas, donantes de esperanza.

Vivimos una época de alta cualificación entre nuestros cirujanos. Tienen nuestros hospitales los medios técnicos necesarios y contamos con equipos de profesionales capacitados, sensibles a la problemática y especializados incluso en una red nacional de trasplantes perfectamente coordinada y diseñada para salvar vidas. Todo este mecanismo que, seguramente a esta hora está funcionando, no serviría de nada si no contamos con la donación, con ese acto de generosidad incondicional.
En este preciso momento hay familias, muchas familias, que en toda España atraviesan el desierto de la espera y la esperanza, aguardan una llamada que por fin haga posible el milagro, sueñan y rezan. Ya saben que la única posibilidad para seguir viviendo es que alguien decida donar ese órgano que no funciona. Después toca esperar que llegue, la operación y el resultado de la misma. Es una encrucijada que quien la ha vivido reconoce como inquietud sin límite.

Por fortuna hay familias que donan, y personas que dedican su vida a convencernos a los demás. Sólo necesité escucharlo una vez para convencerme. Seré donante, y mi familia lo va a saber hoy, esta misma tarde. La decisión estaba tomada desde que escuché al doctor José Pérez Bernal, uno de esos hombres que Dios nos pone en el camino para sacudirnos, zarandearnos, quitarnos de un plumazo las tonterías.

Pepe Pérez Bernal supo un día que había que tocar a las puertas de las hermandades de Sevilla, que allí encontraría a personas que hablarían su idioma de la Esperanza. Y dio en la diana, acertando de pleno. Luchó cada plaza, cada sede, visitó todos los despachos y las salas de cabildo. Se personó allí donde querían escucharlo y se arrodillo delante de todas las imágenes de nuestras devociones. Aún hoy lo sigue haciendo. Ha encontrado buena respuesta. Y es que al doctor Pérez Bernal es terriblemente difícil decirle que no. Mucho menos cuando lleva toda la razón.
Creo que Pérez Bernal tiene trasplantada el alma. Conoce demasiado bien el dolor y el miedo, la duda y el reloj, esa incertidumbre que sólo ha vivido quien mira a la ventana del tiempo esperando que asome el viento nuevo de una vida que se está escapando minuto a minuto. Yo quiero ser donante porque el doctor Pérez Bernal me abrió los ojos, me enseñó que el sol no sale igual para todo el mundo, porque hay personas que viven en noche permanente, y me explicó, siempre con una sonrisa, que no cuesta tanto esfuerzo seguir viviendo de alguna forma dentro de otra persona. Dar vida, me dice siempre, qué importante es dar vida.

Ahora mismo hay personas muy cerca de nuestra reunión familiar que están rodeado de los suyos pidiendo al cielo que llegue un órgano, que alguien haya dicho que sí. Es necesario ser donante, hacerse donante. Yo tuve la suerte de encontrar al doctor Pérez Bernal. Tú deberías buscar a alguien trasplantado para que te ofrezca su testimonio y puedas decir lo que ahora me sale a mí del corazón: yo quiero ser donante.


Artículo escrito por nuestro compañero Victor García Rayo publicado en el día de hoy en el periódico El correo de Andalucía tratando el tema por los donantes.